Las personas piensan muy poco en la muerte. Pasan la vida
preocupadas por verdaderos absurdos, aplazan cosas, dejan de lado momentos
importantes. No arriesgan, porque piensan que es peligroso. Se quejan mucho,
pero se acobardan a la hora de adoptar decisiones. Quieren que todo cambie,
pero ellas mismas se niegan a cambiar. Si pensaran un poco más en la muerte, no
dejarían nunca de hacer la llamada de teléfono que deberían hacer. Y serían un
poco más locas.
-Paulo Coelho.
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